En el Día Internacional de la Mujer, la Concertación Regional de Gestión de Riesgos, CRGR, a través de la Comisión de Género conformada por la Mesa Nacional de Gestión de Riesgos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua reflexionamos que pese a la normativa que promueve los Derechos de las mujeres en nuestros países, aún se encuentra pendiente la necesidad urgente de avanzar en acciones para alcanzar mayor equidad de género en nuestra región en materia de gestión de riesgos.
Somos conscientes que las mujeres tenemos mayor probabilidad de morir en emergencias humanitarias que los hombres, y si queremos sobrevivir, enfrentamos grandes obstáculos para rehabilitar pérdidas económicas, materiales y psicológicas.
La tasa de mortalidad en muchas emergencias humanitarias demuestra que las mujeres y las niñas son las más afectadas. Según estudios, estas muertes ocurren inmediatamente después de las crisis y empeoran exponencialmente a medida que pasan meses y años sin el apoyo adecuado para ellas.
Sin obviar que, la violencia de género se exacerba en dichas situaciones y los abusos sexuales de los cuales mujeres, niños y niñas son víctimas en situaciones de desastres.
Las múltiples amenazas a las que está sometida Centroamérica a raíz de la combinación de los fenómenos ambientales históricos, producto del modelo de desarrollo extractivista que se implementa en nuestros países, y a la cultura ambiental que condiciona las relaciones entre naturaleza y sociedad, se posiciona como la región más vulnerable del mundo frente al cambio climático.
La sequía imperante en nuestra región agrava la situación de inseguridad alimentaria a más de 3,5 millones de personas que abarca el denominado Corredor Seco Centroamericano.
La falta de lluvia y los hechos vinculados a las actividades humanas como la deforestación, la destrucción de cuencas y la contaminación, se convierte en un factor que agudiza los conflictos sociales y económicos. Dentro de esta realidad, las mujeres por nuestra condición de género nos colocan en mayor desigualdad y vulnerabilidad frente a estos riesgos. Evidenciándose así que los impactos de los riesgos no son neutrales al género y se agravan aún más si sumamos los altos índices de violencia que viven nuestras sociedades, Centroamérica registra más de 2200 feminicidios entre 2018 y agosto 2019.
Con nuestra reflexión, exhortamos a continuar promoviendo esfuerzos dentro de las intervenciones de ayuda humanitaria y gestión de riesgos de manera integral, de tal forma de democratizar los espacios del cuidado y la toma de decisiones. Apoyando a las mujeres en las estructuras de toma de decisión en situación de riesgos a desastres, que en muchos casos se supeditan a acciones de cuido y elaboración y distribución de alimentos.
Esta fecha nos es propicia para visibilizar que aún faltan muchas barreras que remover para avanzar en la igualdad social y de género. La participación de las mujeres es fundamental para gestionar eficazmente el riesgo de desastres, por ello la necesidad de continuar creando capacidades con el fin de empoderar a las mujeres para reducir el riesgo existente, evitar construir nuevos riesgos y aumentar la resiliencia.
¡Yo me preparo y actúo!
¡Mujeres y hombres construyendo equidad en Centroamérica!